lunes, 16 de enero de 2012

Nadie me quiere o ¿son cosas mias?

Otra vez y otra vez vuelvo a recaer en lo mismo. ¿Hola? ¡Me quiero sentir querida! ¿Es que es tan difícil? Quiero que me quieran como a todo el mundo, sentirme enamorada por alguien, pero veo de que nada sirve. ¿Soy egoísta? tal vez, pero me gustaría que mis sueños se hicieran realidad, como todo el mundo supongo...
Pero lo que no entiendo es que lo que yo quiero y sueño le pase a otras personas y cercanas a mi. No tengo celos ni envidia, solo pienso: Ya me tocara a mi ser feliz ¿no?
A veces me rió de mi misma por las cosas que pienso...y es normal que me ría, son estupideces de una niña de 16 años. ¿Quién no las ha tenido?
Maldita adolescencia, la mejor etapa de nuestra vida y en la que más sufro yo.

Nueva vida para Carolina: El despertar

A la mañana siguiente Carolina no se podía creer lo que había pasado. No durmió en toda la noche y aun seguía en la cama ¿Qué horas podían ser? ¿Las nueve, las diez? A ella no le importaba. Estaba como en una nube, como en un sueño, como...
-¿Se puede?- Era Alex tocando la puerta
-Esperate que me maquillo un poco- dijo ella entre risas
-¡¿Enserio?! O por favor como sois las mujeres-
-Que no bobo, que es una broma, pasa-
-A bueno- y abrió la puerta
Tenia todo el pelo despeluzado y con cara de sueño, pero aun así seguía guapo.
-¿Puedo?- acercándose a la cama
-Por supuesto- dijo ella con una gran sonrisa. Y abrió las sabanas y se metió en la cama junto a ella.
-Fuera esta lloviendo ¿Tienes frió?
-Un poquitin- mintió, pero solo quería estar más pegada a el.
-Ven acercate más a mi ¿Estas más cómoda así?- pegándola más hacia el y pasándole el brazo por encima
-Ahora si-
Carolina, que tenia su cara puesta en el pecho de Alex, podía oír los latidos de su corazón, bubum, bubum, bubum.
Ahora nada malo podía pasarle entre sus brazos, salvo...
-¿Carolina estas despierta?- era la madre de Alex abriendo la puerta.
-Podría esperar un momentito- dijo rápido Carolina mientras Alex se escondía debajo de la cama.
-Pues claro, solo quería decirte que cuando quieras pue...- en ese momento Carolina abrió la puerta.
-¿te ocurre algo Carolina?- dijo un poco sorprendida
-No ¿Por qué lo dice?-
-Oh por nada cosas mías. Mira que cuando quieras puedes bajar a desayunar, no tengas prisa, ya sabes que estas en tu casa-
-Pues claro, muchisimas gracias- y diciendo esto la madre se alejo y Carolina cerró las puerta. En ese momento salia Alex de debajo de la cama.
-Uff, por poco nos pilla- colocándose bien el pijama
-si casi- colocándole el pelo
-Bueno sera mejor que me vaya a mi cuarto a cambiarme- decía dándole la espalda
-Si sera lo mejor, yo también me vistire- decía girándose y mirando su pijama-
-Huy se me olvidaba una cosa- decía el con la mano puesta en el manillas de la puerta.
Se acerco hacia ella y con la mano puesta en su barbilla la beso y le dijo
-Buenos días- y después se marcho, cerrando la puerta tras el.
Carolina quería gritar, gritar de alegría, de felicidad. Como era posible que fuese tan lindo, tan mono, tan... no tenia palabras para describirlo.
Le quiero, le quiero y le quiero, no podía dejar de pensarlo y no quería.
Estaba mejor que en un sueño, mejor que en una nube,estaba en la vida real y era maravillosa. Se vestía mientras pensaba en su sonrisa, en sus ojos, en sus labios juntos a los suyos, sus labios tan perfectos como el. ¿Sepodia ser tan afortunada? pensaba Carolina mientras terminaba de vestirse y recoger sus cosas.
Después abrió la puerta y estaba el, con sus simples vaqueros y una camisa, con el pelo más o menos ordenado y con una sonrisa en la que se veia sus dientes tan colocados.
-¿Vamos?- tendiéndole la mano.
-Vamos- cogida de la mano junto a el.

sábado, 14 de enero de 2012

La dulce niña Carolina parte 4

No quiero levantarme quiero seguir así, el junto a mi y yo junto a el. Derrepente salio como de la nada, Alvaro el hermano mayor de Alex, se parece mucho a el, pero Alex es mas guapo.
Vaya que juntitos estáis ¿no?-De un salto se incorporaron- Me alegro de verte de nuevo Carolina-Y salio riéndose de la habitación.
-Vaya que cambiado esta tu hermano, esta en la universidad ¿no?¿Que esta estudiando?
-Derecho, el año que viene creo que se va a París a estudiar.-Que bien yo siempre he querido ir allí.-
-Lo se, siempre me lo decías, vamos al cuarto de juegos y allí comemos algo.
Carolina no sabe que pensar por  lo que le acaba de decir Alex, aun se acuerda de todo, toda las cosas insignificantes que le decía. Ella baja al cuarto de juegos mientras que el  coge la comida de la cocina.
-Mi madre me insiste en que te quedes a dormir.
-Bueno si insiste-
Carolina se siente incomoda, no sabe como actuar después de lo que paso y sabe que al fin y al cabo tienen que hablar de ello pero ella no se atreve y el no deja de mirarla con esos ojos a los cuales ella no puede dejar de mirar.
Después de 20 minutos hablando sobre la película y de cosas insignificantes, Carolina se arma de valor y comienza hablar.
-Espero que me perdones por lo que a pasado-
-No tengo porque perdonarte, solo quiero que me expliques porque un día dejaste de hablarme, porque un día dejaste de ser mi amiga
-Es muy complicado de explicar y no se si podre decírtelo
-Pues creo que tengo derecho a saberlo.
-Y lo tienes, es solo...-suspira-que no era mi intención que todo esto acabara así, nuestra amistad, pero es que no podía evitarlo...no podía-y comienza a llorar, mientras que el se acerca a ella despacio.
-¿Evitar el que? Carolina-
-Evitar...evitar enamorarme de ti. Enamorarme de tus ojos de tu sonrisa. Eres mi confidente y mi mejor amigo-
-¿Por que no me lo dijiste?-
-Porque fui estúpida y pensé que me dirías que no y también pensé que si me decías que si te perdería como amigo.
-Pues si que eres estúpida-Le acaricia el pelo y se lo mete detrás de la oreja y otra ves su sonrisa juguetona-Porque yo también lo estaba y lo estoy y estaba buscando una forma para decírtelo cuando me dijiste adiós, pero mira que tu pensar eso- y empezó a reírse
-Y yo que sabia, te crees que soy adivina-También empezó a reírse.
-Anda ven aquí, siempre seré tu confidente y amigo- Lo dijo mientras se apoyaba a la mesa de billar, ella se acerco y el le quito las lágrimas de los ojos y después la abrazo.
Mientras la abrazaba Carolina pensaba, como te echaba de menos, te necesitaba.
Se quedaron hablando hasta las dos de la mañana
-Creo que es hora de ir a dormir-  dijo Alex bostezando.
-Si, por una ves en tu vida tienes razón-
-¿Como?- Y se rieron. Salieron corriendo escaleras arriba.
 Carolina estaba cansada, cansada de tanta tensión que tenia en su cuerpo y en su corazón, pero en un día, en una noche se desvaneció todo.
Corriendo llegaron a sus habitaciones. Se miraron, el lentamente se acerco a ella que estaba apoyada en la pared, la agarro suavemente con la mano  la cintura y con la otra le acariciaba la cara. 
La beso, un beso dulce y deliciado, de esos que no quieres que acaben nunca.
Después el la volvió a mirar y le dijo:
                           Buenas noches mi dulce niña Carolina.

La dulce niña Carolina parte 3

Al final Carolina se armo de valor y pensó ¿ Por que no? y le volvió a escribir
Bueno querido amigo que te parece si nos vemos el viernes,
quedamos en tu casa, yo llevare películas y como en los
viejos tiempos nos quedamos dormidos en el sofá
y después al levantarnos nos quejaremos de
la mala posición en la que hemos dormido,
como en los viejos tiempos.
Tu querida Carolina
Y llego el aclamado viernes y allí estaba ella delante de la puerta con el corazón que se le iba a salir del pecho, con mucha fuerza toco el timbre y allí estaba el con su sonrisa juguetona y esos ojos dulces color miel. Quería abrazarle, llorar y recuperar el tiempo perdido, ese tiempo que podía a ver sido maravilloso.
-Traigo pelis y palomitas...- dijo ella
- Bien como en los viejos tiempos - se rió- Sigues igual de bajita- con su mano puesta sobre su cabeza, volvió a reír.
- Y tu sigues siendo igual de bobo- le dio un leve empujón y entro en esa casa llena de buenos y bonitos recuerdos. Momentos que pasaron juntos. Ella se volvió y le miro, el también la estaba mirando. ¿Como he podido ser tan idiota y haberme alejado de el? Pensó Carolina para sus adentros.
- Bueno dejame ver que películas has traído para ir descartando- le cogió las películas de las manos y se las llevo a la sala de estar.
-No son una maravilla, pero tampoco es que haya encontrado muchas de las que a nosotros nos gustan- después de hablar empezó a rodear el pequeño salón  recordando.
-Esta me gusta- la cogió y se la enseño.- ¿Encerio quieres ver Querido John?-
-Si ¿Por que no? me gusta el argumento-
-Porque es de amor y además esas no te van- se rió.-Y que mas da, te vuelvo a repetir me gusta el argumento así que ven aquí y sientate a mi lado muñeca.-
- Esta bien usted manda- Y se sentó a su lado.

¿Por que estoy tan nerviosa? ¿ Pero que me pasa? Quiero poner mi cabeza sobre su hombro... ¿ Lo hago o no lo hago? ¿ Lo hago o no lo hago? Calma, no pienses actua sin mas, además ¿que puede pasar? Pues lo que llevas esperando tanto tiempo. Pensó Carolina para sus adentros.
Al final se decide y coloca su cabeza sobre su hombro y el le besa el cabello y coloca su mano sobre el muslo de Carolina, entonces se acomoda y el le dice- Veo que estas muy cómoda ¿no?. -Concentrate en la película idiota.- Y se aferro muy lentamente a el y la volvió a besar pero esta ves en la frente y dejo la cabeza apoyada en la de ella. Estuvieron a si hasta que termino la película.

domingo, 8 de enero de 2012

París...simplemente París

Este verano me fui con mis padres a París, no hay palabras para describirla.
Me encanta todo de ella, sus olores, sus calles y sobre todo sus edificios. También me gusta su gente sobre todo los chicos en bicicleta en traje y chaqueta. Su idioma me fascina.
Me hubiese gustado vivir en los años 20 o 60 y en la actualidad.
También me gusta París por un chico que conocí, era bastante guapo, moreno y rubio.
Nos conocimos en una visita turística, no llegamos hablar solo nos mirábamos y sonreíamos. A veces me lo encontraba mirándome y apartaba la mirada y se reía, no llegue acercarme a el, supongo que me gustaba que me mirase. Cuando lo vi fue mi penúltimo día en París y aun recuerdo su cara, sus ojos y su sonrisa mirandome